José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, se convirtió este domingo en el nuevo presidente de Chile tras imponerse con 58,1% de los votos, frente al 41,8% obtenido por la candidata de izquierda Jeannette Jara. Con el 99% de las mesas escrutadas, el país sudamericano confirmó un giro político profundo que marca el fin de un ciclo iniciado tras el retorno a la democracia en 1990.
Un resultado contundente que reconfigura el mapa político
Chile eligió a un presidente ultraconservador por primera vez desde el fin de la dictadura. Kast, abogado de 59 años, asumirá el cargo el 11 de marzo, sucediendo a Gabriel Boric, quien dejará la presidencia con 40 años tras un mandato marcado por el desgaste político, la inseguridad y el fracaso del proyecto constitucional impulsado por la izquierda.
El margen de victoria fue amplio: más de 16 puntos de diferencia, un escenario que las encuestas ya anticipaban y que deja a la izquierda con su peor resultado electoral desde el retorno a la democracia.
Reconocimiento inmediato y transición en marcha
Tras conocerse los resultados, Jeannette Jara, abogada de 51 años y militante del Partido Comunista, reconoció la derrota de inmediato:
“La democracia habló fuerte y claro”, escribió tras comunicarse con el presidente electo para desearle éxito “por el bien de Chile”.
Por su parte, Gabriel Boric llamó públicamente a Kast, subrayando que “Chile es más grande que cualquiera”. El presidente electo agradeció el gesto e invitó a una transición ordenada, solicitando incluso la opinión del actual mandatario antes de asumir.
Desde el Palacio de La Moneda, Boric llamó a tender puentes y resguardar la institucionalidad democrática.
Un presidente que no se desmarca del pinochetismo
El triunfo de Kast tiene un peso simbólico relevante: es el primer presidente desde 1990 que no ha tomado distancia clara de la dictadura de Augusto Pinochet (1973–1990). A diferencia del expresidente Sebastián Piñera, quien votó por el “No” en el plebiscito de 1988, Kast respaldó el “Sí” y ha mantenido una postura ambigua frente al régimen militar.
Aunque en campaña evitó profundizar en el pasado y moderó su discurso en temas como aborto, matrimonio igualitario o la eliminación del Ministerio de la Mujer, ha insistido en que encabezará un “Gobierno de emergencia”.
Seguridad, migración y economía: los ejes del nuevo Gobierno
El presidente electo llega con una narrativa clara: orden y seguridad. Su campaña capitalizó el temor ciudadano ante el aumento de la delincuencia y la migración irregular.
- Chile duplicó su tasa de homicidios en los últimos 10 años, aunque sigue por debajo del promedio regional.
- Según el reporte global de seguridad 2025 de Gallup, Chile es el sexto país con mayor percepción de miedo en el mundo.
- En el país viven cerca de 000 migrantes en situación irregular, en su mayoría venezolanos, a quienes Kast prometió aplicar medidas estrictas.
Entre sus propuestas destacan una mega cárcel en el desierto de Atacama, recortes al gasto público por 6.500 millones de dólares —sin detallar cómo— y un endurecimiento de la política migratoria.
Un Congreso dividido y una oposición en reacomodo
Pese a su victoria, Kast no contará con mayoría en el Congreso. Su partido creció en la Cámara de Diputados, pero la izquierda mantiene fuerza en el Senado, desde donde ejercerá la oposición.
El oficialismo saliente enfrenta ahora una crisis interna profunda, tras perder respaldo en sectores populares que esta vez se inclinaron mayoritariamente por la derecha radical.
¿Meloni, Bolsonaro o Milei? La incógnita Kast
La gran pregunta es cómo gobernará Kast. Su discurso evoca referencias internacionales como Giorgia Meloni, Jair Bolsonaro o Javier Milei, aunque su equipo ha moderado expectativas. Su jefe de campaña, Martín Arrau, advirtió que “no todo cambiará el primer día”.
La politóloga Stéphanie Alenda sostiene que el resultado no debe leerse como una adhesión ideológica plena, sino como el agotamiento de un ciclo político y la incapacidad de las fuerzas tradicionales para responder a una ciudadanía atravesada por crisis de seguridad, gobernabilidad y expectativas.
El péndulo vuelve a moverse
A seis años del estallido social de 2019 y cuatro años después de la llegada de Boric al poder, Chile volvió a mover el péndulo. Esta vez, millones de votantes apostaron por un liderazgo que promete mano dura, estabilidad y un giro conservador que pondrá a prueba a una de las democracias más sólidas de América Latina.















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